Los antecedentes del Ejército Nacional de Colombia, se remontan a las décadas de 1770 y 1780 con el Ejército comunero surgido en tierras de los actuales departamentos de Santander y Norte de Santander , llamada también región de los Santanderes. Luego de las capitulaciones de Zipaquirá de 1781, sus comandantes fueron traicionados, fusilados, sus cuerpos mutilados y esparcidos sus miembros.
Luego de los acontecimientos del 20 de julio de 1810, la Junta suprema recién creada, anuncia la creación Batallón Voluntarios de Guardias Nacionales compuesto por infantería y caballería, al mando del Teniente Coronel Antonio Baraya.
De 1810-1816 la nación se sumerge en disputas entre Federalistas y Centralistas, lo cual aprovecha la corona española para emprender su reconquista, y para este fin envía a Pablo Morillo. Luego viene la campaña libertadora al mando de Simón Bolívar, que culmina con la Batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819 , la cual consolida la independencia de la Nueva Granada.
Luego de la independencia se formó la Gran Colombia, durante este período el Ejército se enfrentó a Perú, venciéndolo el 27 de febrero de 1829 en la Batalla del Portete de Tarqui. La Gran Colombia contaba para mediados de los años 1820 con un ejército de 25.000 a 30.000 hombres, de los cuales alrededor de la mitad eran tropas regulares y el resto milicias. La calidad de los soldados colombianos variaban: desde veteranos con años en servicio en unidades élite como el batallón Voltígeros, los Bravos de Apure, el batallón Albión; a unidades mal apertrechadas y mal entrenadas que participaban en labores como milicias y guerrillas.
Durante el siglo XIX, el país se vio inmerso en innumerables conflictos internos entre Federalistas (liberales) y Centralistas (Conservadores), esto no permitió un avance significativo del Ejército, ya que sus oficiales no eran suficientemente técnicos. Dada la necesidad de tecnificar el Ejército, se creó la Escuela Militar en 1886. Para organizar el ejército, el gobierno colombiano contrató con Francia una misión militar para organizar el Ejército. De esta asesoría sale la organización del ejército en Divisiones, regimientos y batallones. Lastimosamente, la guerra civil declarada el 18 de octubre de 1899 no permitió que siguiera adelante la tecnificación de oficiales y mandos.
Terminada la guerra civil de los Mil Días, fue elegido presidente el General Rafael Reyes Prieto, quien retomó la tecnificación del ejército. El primer paso fue reducir el pie de fuerza, pues el ejército tenía 80.000 hombres mal instruidos y mal equipados.
La tecnificación se inició con la fundación de la Escuela Militar de Cadetes, para lo cual se contrató una misión militar chilena que asesoró al Ministerio de Guerra, el 1 de julio de 1907 inició la Escuela sus labores. Aparte de la dirección de la Escuela Militar, la misión chilena tuvo a cargo la reorganización del ejército; permaneció en el país hasta 1914. En 1926 llegó al país una misión suiza compuesta por los coroneles Jugler Von Verth y Guatier y el capitán Pessina.
Durante la segunda guerra mundial, llegan al país las primeras misiones americanas. Esta cooperación permitió que oficiales colombianos fueran a Estados Unidos a adelantar cursos.
A partir del 9 de abril de 1948, el país se ve inmerso en una época de violencia generalizada, lo cual obliga nuevamente al Ejército a intervenir para restablecer el orden público.
En 1951, Colombia envía al Batallón de Infantería Colombia a apoyar a las Naciones Unidas en la Guerra de Corea. Este batallón no regresaría hasta 1954.
En el año 2009, se crea la Octava División, con sede en Yopal, Casanare cuya jurisdicción comprende los departamentos de Casanare, Arauca , Vichada , Guainía y los municipios boyacenses de Cubará, Pisba, Paya, Labranzagrande y Pajarito. Con la creación de esta división se modifica la jurisdicción de la Segunda y Cuarta División.